BRUCELOSIS CANINA

Brucelosis Canina causada por Brucella Canis

Etiología:

La brucelosis canina es causada por una bacteria intracelular, llamada Brucella canis (B. Canis). Esta bacteria fue reconocida por primera vez en el año 1966, como causa de abortos y de fracasos reproductivos en canes, diagnosticada en varios países del mundo de distintos continentes, a excepción del continente europeo, donde la incidencia es baja.
El hombre puede infectarse, sin embargo los perros y otras especies de cánidos son reconocidos como los únicos huéspedes verdaderos.
Las infecciones naturales ocurren más comúnmente después de la ingestión de materiales placentarios contaminados, fetos abortados, descargas vaginales de perras infectadas que están en celo, durante el apareamiento, etc. Luego del aborto, los microorganismos pueden ser eliminados por varias semanas o en forma intermitente por meses.
Los machos también pueden eliminar microorganismos por orina, pero el número de bacterias es relativamente más bajo, excepto cuando la orina está contaminada con fluidos seminales o prostáticos.


Signos sobresalientes de la presencia de la enfermedad:

Los signos más evidentes son los que se asocian con el tracto reproductor. En hembras: el signo más frecuente es el aborto después de 45-55 días de gestación, en aproximadamente el 75 % de los casos. Muerte embrionaria temprana y la reabsorción (destrucción del embrión dentro del útero y absorción de pequeños restos embrionarios); o el aborto 10-20 días posteriores al servicio. Esto último puede pasar desapercibido para el dueño y, probablemente esto motive consulta profesional sobre la “falla de la concepción”.
En los machos: el principal signo es la epididimitis (inflamación del epididimo), de uno o ambos testículos, acompañado por sub-fertilidad. Estos signos pueden estar acompañados o no, por la presencia de una dermatitis húmeda o descamación de piel en la zona testicular.
El semen de machos infectados contiene un gran número de espermatozoides anormales y células inflamatorias, especialmente manifiesto durantes los primeros 3 meses posteriores a la infección. Los machos infectados alojan a los microorganismos en la glándula prostática y los epididimos por largos períodos de tiempo. Las bacterias se diseminan a través de los fluidos seminales y, ocasionalmente por orina.
Brucella canis tiene un tiempo corto de sobrevida fuera del perro y, se inactiva fácilmente con desinfectantes comunes.


Diagnóstico:

Para el diagnóstico de Brucella canis se requiere de confirmación analítica del laboratorio. Las pruebas que hoy se encuentran disponibles incluyen evaluaciones serológicas (realizadas a partir del suero sanguíneo):

1-Prueba de aglutinación en tubo e inmunodifusión en gel, con una demora analítica de 48-72 hs.

2-Prueba de aglutinación en placa (B. Canis M -), con obtención del resultado en 5 minutos.

3-Hemocultivo, efectuado a partir de cultivo bacteriano a partir de sangre entera, con demora de algunas semanas.

Es de destacar que las 2 primeras pruebas aportan datos valiosos pero no concluyentes, cuando se debe decidir sobre el sacrificio o no de un animal portador, siendo de utilidad en éstos casos el empleo de la prueba concluyente que es el homocultivo.


Prevención y Control:

• Solamente los animales comprobadamente sanos, deben ser destinados a la reproducción
• Las hembras destinadas a reproducción deben ser monitoreadas regularmente por técnica de aglutinación, antes de la presentación del celo.
• En caso de aparecer positivos a la pruebas serológicas, confirmar el resultado mediante hemocultivo, antes de sacrificar el animal.


Tratamiento:

• No se recomienda en perros de criadero, ya que el tratamiento es caro y la curación difícil de lograr, con el enorme riesgo que se asume.


Estrategias de Control:

• Tendientes a la evaluación pormenorizada y cuidado del manejo de servicios, con animales comprobadamente libres de la enfermedad.
• Evaluación clínica frecuente de caninos destinados a reproducción, como así los de compañía, en que aparezcan o hagan sospechar de signos aparentes de la enfermedad.
• Ante cualquier dude consulte con su médico veterinario de cabecera.

El presente artículo fue extractado de distintas publicaciones actualizadas, referidas al tema tratado.

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