Domesticando al perro

Más allá del fuerte temperamento, el animal debe ser educado para que proteja la vivienda sin convertirse en un enemigo de la propia familia.

El guardián de la casa En estos tiempos de tanta delincuencia, el dilema de muchos es cómo tener un perro guardián, con un porte y una actitud temibles, pero que no ataque a los dueños de casa. La respuesta no es sencilla; hay que tener en cuenta algunos detalles y, fundamentalmente, educar al animal para que reconozca a los integrantes del hogar. Primero y principal hay que elegir uno dentro del grupo de los perros de defensa. Los más elegidos son el ovejero alemán, el rottweiler, el boxer y el dogo argentino. Este consejo no es por azar sino que se debe a que estas razas, luego de una serie de cruzas, desarrollaron aptitudes de guardianas. Además, por su tamaño y fuerza física, tienen una presencia más dominante que otras. Para tener un animal de estas características los especialistas recomiendan olvidar el mito de que son malos por naturaleza. Según los estudios, no hay razas que posean una agresividad innata, y una mala reacción se puede presentar en todos los animales. "Lo que sucede es que si un perro grande se descontrola, las consecuencias siempre son peores", explican desde el hospital-escuela de la Facultad de Veterinaria de la UBA. Por eso, para evitar trastornos en el comportamiento hay que educarlos desde cachorros. Cuestión de gusto Lo cierto es que en la elección entre una raza u otra no hay grandes secretos. La decisión depende del gusto familiar. Pero lo que hay que tener en cuenta son las características del cachorro seleccionado. "Aunque se trate de una raza de guardia, no todos tienen las aptitudes necesarias para cumplir la función de defensa", agrega uno de los veterinarios del hospital-escuela. Lo mejor es observar a las crías y optar por las que tengan un temperamento equilibrado. Además es importante que se sumen al juego de los niños, por ejemplo, pero sin demostrar una agresividad excesiva. También será conveniente observar en detalle el criadero. En este ámbito se producen las primeras experiencias de la mascota. Si el ambiente es hostil, es posible que el cachorro sufra trastornos de comportamiento. Además es importante asesorarse sobre el carácter de los padres. Una opción es consultar su línea de pedigree. En acción Un punto fundamental es decidir si se lo adiestra para defender y atacar. Al respecto hay dos posturas. Algunos recomiendan no hacerlo cuando se trata de un animal que vivirá en familia. Esto se debe a que muchos accidentes son consecuencia de entrenamientos incompletos o de situaciones en las que las personas no están capacitadas para manejar al animal. En cambio otros sostienen que el adiestramiento de ataque y defensa es útil para controlar las actitudes de ataque propias del animal. Actualmente se utilizan técnicas de estimulación temprana y controlada. En caso de optar por adiestrarlo, lo mejor es hacerlo no bien se adquiere el cachorro. Inclusive recomiendan que el dueño participe en el proceso. En caso de ataque Los especialistas coinciden en que los animales no se vuelven agresivos de un día para otro. Antes de atacar los perros suelen mostrar síntomas de un problema de comportamiento. Lo más común son los gruñidos, ladridos excesivos y sin sentido y la rotura de muebles y objetos de la casa. Estas situaciones pueden ser señales de que tiene problemas para adaptarse al ambiente. Es erróneo pensar que por su temperamento fuerte debe tener actitudes agresivas. Un animal de guardia debe ser dócil en el trato cotidiano. Por eso conviene consultar con un especialista si presenta una postura amenazante, poniendo el cuerpo rígido y mostrando sus dientes ante algún miembro de la familia. En todos los casos lo peligroso de estas actitudes depende de la frecuencia y agresividad con que se produzcan. Consejos útiles * No dejar solo a un niño con un perro de guardia. Siempre es conveniente que un adulto supervise el juego para detectar conductas agresivas. También se recomienda evitar que el chico tome al perro como un juguete. * Es importante marcar las jerarquías dentro de la casa para que la mascota sepa cuál es su rol dentro de la familia. De no hacerlo el animal intentará ocupar el papel de líder y tomará una postura dominante. * Los perros poseen costumbres rutinarias. Por eso es importante que tengan un lugar de la casa donde se encuentren sus cobijas y sus pertenencias. También se debe dejar en claro cuáles son los sectores de la vivienda donde no tienen acceso. * Los malos comportamientos deben ser censurados desde el momento en que el perro es cachorro. Es importante brindarle educación firme pero sin agresividad. * Se aconseja evitar los juegos físicos excesivamente bruscos. * Hay que acostumbrarlo a comer en su comedero y evitar darle alimentos de la mesa cuando come la familia. Alimentación a base de carne Hay muchos mitos y opiniones encontradas respecto de alimentar a perros y gatos domésticos con una abundante porción de carne. Se dice, por ejemplo, que este tipo de comida puede acarrearles problemas de salud. Otros, en cambio, dicen que es lo mejor que se les puede dar, entendiendo que al decir carne se encuadra tanto la de vaca como el pollo y el pescado, ya que no hay diferencias entre ellas al menos en lo que se refiere a afecciones que pudiesen producir. La verdad de la milanesa es que, aunque sea un alimento caro, la carne aporta al organismo las proteínas necesarias. Estas proteínas serán la base de los músculos del animal, la matriz de sus órganos y huesos, además de ayudarle a mantener la sangre dentro de los vasos sanguíneos (albúminas) y su sistema inmunológico (globulinas, anticuerpos). De hecho, si se alimenta a un animal con una escasa cantidad de proteínas de inmediato se podrá ver cómo pierde calidad su estado general, manifestándose esto en una debilidad generalizada, anemia, mal aspecto de su pelaje, pérdida de peso y, fundamentalmente, de su masa muscular. Otras fuentes de proteínas usadas en la alimentación de los animales se encuentran en lácteos. Y si bien es un elemento con mucho calcio, también aporta agua. Para igualar la leche con la carne en su nivel nutricional, un animal debería consumir medio kilo de carne por cada 6 litros de leche. Algo que es un tanto exagerado. Autor: PAULINA ROTMAN Publicado por Estilo - Diario de Cuyo.com - San Juan, Argentina